Hay que frenar la proscripción K
En los últimos meses el gobierno de Cristina Kirchner ha dado firmes pasos en su giro reaccionario. No solo tenemos los escandalosos casos de muertes a luchadores populares como es el caso de los Qom, los asesinatos en el Indoamericano, y el crimen contra Mariano Ferreira a manos de la burocracia de la UF, sino que además ha demostrado su raíz conservadora al haber acordado pactos políticos y electorales con la familia Saadi en Catamarca y con Carlos Menem en La Rioja, garantizándole de esta forma una banca en el senado y la impunidad legal por la corrupción rampante durante su mandato. Como anticipo de este giro, el Gobierno Nacional, acompañado por las distintas variantes del PJ y la UCR, han sancionado una nueva ley electoral que tiene como fin último el proscribir y acallar en el plano político electoral a las organizaciones de los trabajadores, los luchadores y la izquierda.
Desde el Nuevo MAS, hemos lanzado una campaña política contra esta avanzada reaccionaria del gobierno y la oposición burguesa, pero entendemos que esto no basta. Es necesario que las organizaciones y partidos de la Izquierda de conjunto organicemos una gran campaña nacional contra este ultraje a los derechos políticos de los trabajadores. De lo contrario caeríamos en una mísera capitulación al régimen burgués y su estado capitalista.
En este marco, en los últimos días comenzaron a realizarse reuniones entre el PO, el PTS, IS y el Nuevo MAS para intercambiar ideas para las próximas elecciones. La iniciativa corrió por cuenta de nuestro partido que a propósito de la convocatoria electoral de Macri para la Capital planteó la urgencia de realizar una reunión para comenzar a discutir la posibilidad de enfrentar el proceso electoral mediante un Frente Clasista entre nuestras organizaciones.
La realidad es que, de conjunto, las elecciones vienen muy complejas para la izquierda, sobre todo producto de que está en marcha la aplicación de la proscriptiva ley electoral K. El hecho es que, al momento, la única organización que tiene legalidad nacional es el PO. Sin embargo, siquiera el propio PO tiene sus legalidades aseguradas en los distritos más importantes; al mismo tiempo, entre las cuatro organizaciones se completa un verdadero "rompecabezas" de legalidades donde ninguna puede decir tener la "llave" para superar la proscripción.
Además las dificultades se agigantan debido a la imposición por parte del gobierno de las internas abiertas a realizarse el 14 de agosto, donde no solo entromete el Estado en la vida de las organizaciones de la izquierda independiente, sino además donde han impuesto un criterio excluyente de 350.000 votantes para poder presentarse a la elección presidencial (esto además agravado por un hecho "increíble": es que las internas todavía no están reglamentadas y nadie sabe a ciencia cierta de que se tratan...).
En estas condiciones, desde el Nuevo MAS opinamos lo siguiente. En primer lugar, no hay como pensar en la posibilidad de dar una respuesta de independencia de clase a las elecciones si no se parte de una campaña de denuncia pública y clara contra los intentos proscriptivos. Es que por primera vez desde 1983 peligra la presentación electoral de la izquierda y sería una aberración que la propia izquierda no encabezara esta campaña, que en el fondo, no es otra cosa que la defensa de los derechos políticos de un amplio sector de la vanguardia obrera y estudiantil independiente.
Buscar la legalidad de cada partido por su lado (lo que es un derecho y una obligación) desligado de una firme campaña de denuncia política de esta realidad antidemocrática de la democracia patronal bajo los K, sería un gravísimo error de adaptación a las reglas de juego existentes que buscan consagrar al bipartidismo e invisibilizar a la izquierda clasista que es la que se está expresando en el proceso de recomposición de la vanguardia obrera.
Pero hoy otra cuestión: negarse a enfrentar el intento proscriptivo en su conjunto es apostar a que se desate una guerra de todos contra todos, donde en vez de buscar derrotar el régimen –que es el que está tratando de impedir la participación de la izquierda– se intentaría sacar alguna ventaja apoyándose en la proscripción estatal y a expensas del resto de las corriente de izquierda (esto en función de las legalidades que tendría cada uno).
Desde el Nuevo MAS proponemos otro método: creemos que el conjunto de las legalidades que poseemos (nacionales, federales, provinciales y municipales) debemos ponerlas a disposición de la construcción del Frente Clasista como tal, poniéndolo en pie como hecho político independientemente de las legalidades que tenga cada uno de los partidos.
Estas últimas tendrán su peso, obviamente, a la hora de precisar las proporciones en el frente que constituyamos. Pero no pueden ser condición para una salida de tipo sectaria donde de no constituirse la unidad entre las cuatro corrientes que estamos en conversaciones, las posibilidades de superar el escollo proscriptivo sólo disminuirán exponencialmente.
Llamamos entonces al PO, el PTS e IS a continuar los debates que hemos comenzado resolviendo a la brevedad una campaña en común contra la proscripción y estableciendo un criterio principista respecto de las legalidades que eviten desatar una guerra de todos contra todos cuyo efecto sólo podrá ser impedir un frente de la izquierda independiente y luchadora que pelee en octubre por la independencia de clase. Compañeros, no hay tiempo que perder.
Comité Ejecutivo del Nuevo MAS,
lunes 4 de abril del 2011
lunes 4 de abril del 2011
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