(Colectivo Avanzar)
66 años de la victoria del pueblo soviético que puso fin al horror
En el año 1941, la Alemania nazi emprende la Operación Barbarroja con vistas a destruir la Unión Soviética, y por consecuencia , la esclavización de su pueblo. La orden del peor desquiciado de la humanidad había sido acabar con el primer Estado Obrero y Socialista del mundo, tomando a sus habitantes como siervos de su presunto imperio.
Al bloque nazi-fascista se le une a la batalla; Rumania, Finlandia y Hungría, entre otros, dejando a la URSS como única fuerza real de batalla contra dichos países.
Todo estaba en juego, la teoría del Nacional Socialismo aplaudida por los grandes capitales como “Bayer”, “Siemens” y “BMW” entre otras. Ademas bendecida por la Iglesia católica.
Por un lado se jugaba la consolidación y el fortalecimiento de las ideas de igualdad, fraternidad, solidaridad, vida digna, es decir Socialismo, y por otro se jugaba el triunfo del odio, la discriminación, sometimiento, genocidio, intolerancia, es decir el nazi-fascismo. Ya la historia no perdonaría una nueva derrota, luego de la sangre del pueblo español derramada, el proletariado del mundo exigía justicia, paz y el fin de la cobardía máxima representado por Italia y Alemania.
Las “hordas arias”, no esperaban tamaña resistencia. No conocían la fuerza y pasión de los pueblos soviéticos, que dieron origen a través de las revueltas a un nuevo Estado que no conoce de clases sociales, pero si de disciplina y amor por la humanidad, porque la batalla no era solamente por vencer al bloque opositor, sino fue para arrancar de este mundo a sus peores parásitos. Así fue que el conjunto de la dirección política y el pueblo Soviético tomaron el mayor desafío de la humanidad en sus manos, acabar con los Estados nazi-fascistas.
Tampoco tuvieron en cuenta la brillante dirección militar del pueblo ruso. Así fue como su táctica de guerra (blitzkrieg) fue totalmente avasallada por el gran ejército rojo. Después de tan cruentas batallas, que cobraron millones de vidas (Stalingrado, Kursk), cercos genocidas (Leningrado, Moscú), el ejército germano empezó su retroceso hacia la capital, Berlín. Al avance soviético se sumaron los partisanos de los países ocupados.
Finalmente, hacia fines de abril el mayor genocida del siglo XX se suicida, impotente, en su búnker. Nada había que hacer, la victoria soviética estaba consumada.
¡Viva la heroica batalla del primer Estado Obrero y Socialista!
¡Viva el Comunismo!
¡Muerte al nazi-fascismo!
Colectivo Avanzar por la Unidad del Pueblo
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