(Prensa Latina)
La Habana, (PL) Los Cinco cubanos antiterroristas presos en
Estados Unidos cumplen hoy 13 años de encierro en cárceles de ese país
por monitorear actividades de organizaciones violentas contra Cuba.
Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Fernando González, Antonio Guerrero y
René González fueron arrestados en septiembre de 1998 por las
autoridades norteamericanas y de inmediato los aislaron en celdas de
castigo durante 17 meses antes del juicio.
Acusados del cargo de conspiración contra Estados Unidos, a Gerardo, Ramón y Antonio, se les adicionó la acusación de conspiración para cometer espionaje, aunque no le ocuparon ningún documento clasificado.
El caso de los Cinco -como son conocidos los luchadores en la campaña internacional por su liberación- se llevó a juicio en Miami, entorno que una corte federal de apelaciones describiría como una "tormenta perfecta" de prejuicios.
Ese proceso duró más de seis meses, el más largo en Estados Unidos hasta ese momento, y se presentaron testimonios de tres generales retirados del ejército, los cuales coincidieron en que no existía evidencia de espionaje.
Siete meses después de la acusación inicial se adicionó un nuevo cargo a Gerardo Hernández: conspiración para cometer asesinato, como resultado de una campaña pública con la intención de vengar el derribo por parte de la Fuerza Aérea Cubana de dos avionetas de un grupo extremista en 1996.
Las avionetas pertenecían a una organización que en los 20 meses anteriores al derribo había penetrado el espacio aéreo cubano 25 veces, objeto de protestas reiteradas de Cuba.
Al final del juicio, el gobierno norteamericano reconoció por escrito que había fracasado en probar el cargo de conspiración para cometer asesinato impuesto a Hernández.
Sin embargo, el jurado encontró culpables, tanto a Gerardo como a sus compañeros, de todos los cargos después de haber sido puestos bajo una intensa presión por parte de los medios de prensa locales.
Acusados del cargo de conspiración contra Estados Unidos, a Gerardo, Ramón y Antonio, se les adicionó la acusación de conspiración para cometer espionaje, aunque no le ocuparon ningún documento clasificado.
El caso de los Cinco -como son conocidos los luchadores en la campaña internacional por su liberación- se llevó a juicio en Miami, entorno que una corte federal de apelaciones describiría como una "tormenta perfecta" de prejuicios.
Ese proceso duró más de seis meses, el más largo en Estados Unidos hasta ese momento, y se presentaron testimonios de tres generales retirados del ejército, los cuales coincidieron en que no existía evidencia de espionaje.
Siete meses después de la acusación inicial se adicionó un nuevo cargo a Gerardo Hernández: conspiración para cometer asesinato, como resultado de una campaña pública con la intención de vengar el derribo por parte de la Fuerza Aérea Cubana de dos avionetas de un grupo extremista en 1996.
Las avionetas pertenecían a una organización que en los 20 meses anteriores al derribo había penetrado el espacio aéreo cubano 25 veces, objeto de protestas reiteradas de Cuba.
Al final del juicio, el gobierno norteamericano reconoció por escrito que había fracasado en probar el cargo de conspiración para cometer asesinato impuesto a Hernández.
Sin embargo, el jurado encontró culpables, tanto a Gerardo como a sus compañeros, de todos los cargos después de haber sido puestos bajo una intensa presión por parte de los medios de prensa locales.
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