domingo, 18 de noviembre de 2012

Una terrorífica base de la OTAN amenaza América Latina


(Argentina Socialista)
La fortaleza militar de la Otan en las Malvinas: La Base Aérea de Mount Pleasant y Estación Naval Mare Harbour

La OTAN es terrorífica arma de guerra del Imperio y sus aliados y amenaza para América Latina

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) o NATO (por sus siglas en inglés) es la alianza militar más terrorífica y de mayor potencia destructiva, nunca antes concebida en la historia de la humanidad. En la actualidad es una grave amenaza para América Latina y el Caribe.
Estados Unidos y sus aliados europeos la crearon en el marco de la guerra fría con la intención de enfrentar a la Unión Soviética y sus aliados que se vieron forzados a responder la provocación occidental, creando el Pacto de Varsovia.
La Unión Soviética y su descalabro produjeron el fin del Pato de Varsovia y ya sin el fantasma del comunismo, la tétrica OTAN debía ir a descansar en el museo de las más grandes torpezas e infamias de la humanidad, pero no, Estados Unidos constituido en imperio inapelable y la Unión Europea como su fiel aliada, y con similares propósitos de dominación, decidieron no sólo mantener la OTAN, sino reforzarla con aviones, helicópteros, submarinos, naves de guerra de todo tipo y un ejército de aire, mar y tierra dotados de armas nucleares capaces de destruir -siete veces- la vida sobre la tierra y como si eso fuese poco, la OTAN dispone de armas químico-bacteriológicas y equipos militares dotados de tecnología de punta y de última generación, incluidos satélites espías. Además, las fuerzas de seguridad de Estados Unidos y Europa, los servicios de espionaje o comunidades de inteligencia trabajan coordinadamente para dotar de toda clase de información a los comandantes de la OTAN al tiempo que definen estrategias y señalan objetivos bajo decisión del Presidente de Estados Unidos y de los Presidentes o Jefes de Gobierno de la Europa otanizada.

Las terroríficas armas de la OTAN

Los latinoamericanos y caribeños no tienen conciencia de la terrible amenaza que es la OTAN para la supervivencia de nuestros pueblos; hasta los dirigentes y líderes parecen considerar que la OTAN, al tener su sede en Europa, está muy lejos de nuestra subregión y, por tanto, no es una amenaza real para la paz del subcontinente y a menudo se olvidan que Latinoamérica y el Caribe fueron declaradas zonas libres de armas nucleares y de armas de destrucción masiva: químico-bacteriológicas, como olvidan, también, que cada base militar de Estados Unidos instalada en nuestras patrias, es potencialmente una base militar de la OTAN. Este es un peligro real que amenaza la vida de nuestros pueblos.
La OTAN está en América Latina y en el Caribe y en estos mismos días, Estados Unidos, Gran Bretaña y la OTAN instalan una inmensa y sofisticada base en las Islas Malvinas para amedrentar a la República Argentina y su decisión de reclamar la soberanía sobre las islas, arrebatadas prepotente y abusivamente por el Reino Unido que no quiere deshacerse de su escabroso pasado colonial.
La base militar de la OTAN en las Islas Malvinas argentinas, es una amenaza directa a la soberanía y la paz de Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil, Chile. El Cono Sur de nuestra América está en peligro, bajo constantes amenazas de bombardeos, invasiones e intervenciones armadas e injerencias imperiales de toda naturaleza, y lo que es peor con la complicidad de algunos gobiernos de nuestras patrias que han permitido la vigencia de convenios militares de cooperación o la instalación de nuevas bases militares por parte de Estados Unidos, con burdos pretextos de ayuda humanitaria o para intervenir en desastres naturales y en el control del crimen organizado internacional, cuando en realidad son bases de control político, militar y económico para advenir al dominio neocolonial definitivo.
La compliciadad de algunos gobiernos de hacer tratados de cooperación es una amenaza directa
Pero cada vez los pueblos comienzan a despertar de letargos neocoloniales y al adquirir conciencia de los peligros que le acechan, América Latina y el Caribe empiezan a desempeñar el papel relevante en una serie de campañas que se han realizado en rechazo a la presencia de la OTAN y emplazan a Estados Unidos y sus aliados a la abolición de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Así quedó de manifiesto en Dublín, Irlanda, durante el III Congreso de la Red Internacional No a la OTAN-No a la Guerra, donde se reconoció el hecho incontrovertible de que los latinoamericanos y los caribeños tienen a la OTAN como un vecino peligroso y un invasor taimado y subrepticio, según decía el analista Luis Gutiérrez Esparza.
Desde esa campaña, se han realizado otras, y una de las más grandes manifestaciones públicas de rechazo a la maquinaria de guerra imperial, se produjo en Chicago en la Contra Cumbre de la OTAN, realizada en el pasado mes de mayo.
Tiene razón Luis Gutiérrez Esparza al señalar que los más de tres mil kilómetros de frontera entre México y Estados Unidos representan, a la vez, la frontera de América Latina con la OTAN; y más allá de que las bases militares estadunidenses en territorio latinoamericano son potencialmente bases de la alianza, la de Palanquero, en Colombia, ha sido específicamente designada para vuelos militares entre Sudamérica y África (hecho que adquirió una relevancia especial en el marco de la agresión de la OTAN contra Libia); y las bases militares británicas en las Malvinas y las Georgias que forman parte de la red global de la propia alianza guerrerista.
Harto conocido y por ello no menos reprochable, es que donde hay una base militar estadounidense, existe el peligro cierto de represiones y provocación a civiles y a gobiernos progresistas que, generalmente, terminan en golpes de Estado.
Los latinoamericanos y caribeños no pueden olvidar que la base estadunidense de Palmerola, en Honduras, fue el conducto del apoyo estadunidense a los golpistas en ese país que derrocaron al presidente Zelaya, y tampoco deben olvidar que el Pentágono y la CIA intervinieron en la planificación y ejecución del golpe de Estado express en Paraguay que depuso al presidente Lugo, y ahora se sabe que una de las razones fue la necesidad imperial de contar con una base militar en Estigarribia, “para controlar la Triple Frontera”.
No se debe olvidar que “el aeropuerto internacional panameño de Tocumen es utilizado por aviones estadunidenses de reconocimiento E-3 AWACS, los cuales vigilan permanentemente el espacio aéreo centroamericano; que se ha registrado una creciente presencia de buques de guerra estadunidense en la antigua base Radman, situada junto a la salida del canal de Panamá al océano Pacífico; o que Estados Unidos tiene planes para destacar aviones E-3 AWACS, Orion P-3 y transportes de carga C-17, en la base de Palanquero, en Colombia”. La presencia de las bases estadounidenses en Colombia se ha justificado con el pretexto de la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, pero en realidad representa una pieza del dispositivo militar global de Estados Unidos y patrocina un enfoque militar y unilateral de estos problemas, que impide su tratamiento regional, social, político, autónomo y multilateral. La militarización unilateral implica la desestabilización regional y su presencia en Colombia y en las zonas fronterizas, ha contribuido a agravar la crisis humanitaria, ambiental y social de vastas regiones.
“Una posible consecuencia es que los países que se sienten directamente amenazados por esta política estadunidense busquen, a su vez, recursos para reforzar su seguridad y se produzca así una nueva carrera armamentista en la región, provocada por Estados Unidos. Adicionalmente, la creciente presencia militar de Washington en América Latina, sigue la pauta estratégica de la globalización de la OTAN, la única alianza militar transnacional, que pretende desplazar a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), como el principal foro global y la más importante organización supranacional.
El Comando Sur de Estados Unidos, responsable de la planificación, coordinación y conducción de las actividades militares estadunidenses en América Latina y el Caribe, ha instalado bases militares con aeropuertos en Aruba-Curazao, Antillas Holandesas; en Palmerola, Honduras; y en Comalapa, El Salvador, además de las negociadas en Colombia; y pretende instalar otras más en Argentina, Paraguay, Perú, la República Dominicana y hasta en Brasil y Argentina.
En el ámbito global, dice Gutiérrez Esparza, pero también en el latinoamericano y caribeño, son indispensables la disolución y el desmantelamiento de la OTAN, en orden a contribuir a la seguridad internacional, a la estabilidad regional y nacional, a la democracia y a la paz. La OTAN significa más guerras. Nunca ha sido, ni será, una organización para la protección y la seguridad. Es únicamente una alianza militar creada para imponer la voluntad de las élites occidentales.

TRIBUNAL DIGNIDAD, SOBERANÍA Y PAZ CONTRA LA GUERRA-COMITÉ INDEPENDENCIA Y SOBERANÍA PARA AMÉRICA LATINA

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