domingo, 23 de junio de 2013

"EL MILAGRO BRASILEÑO" AL DESNUDO

“En Brasil, las ciudades son un concentrado de las desigualdades”
Hervé Théry, un geógrafo e investigador que enseña en la ciudad de San Pablo, analiza el escenario de la protesta brasileña.
Por Le Monde
Aumento del costo del boleto. Las autoridades dieron marcha atrás, pero ya la protesta se había generalizado a todo el país.
– El movimiento de protesta desatado por el alza de los precios de los transportes es ilustrativo del el estado de las ciudades brasileñas?
– Casi el 80% de los brasileños viven en ciudades. Las ciudades son un polo de atracción, porque proporcionan servicios y empleos, pero les falta infraestructura en materia de transportes, de agua y saneamiento, de vivienda. Son concentrados de desigualdad. San Pablo, con sus 18 millones de habitantes (20 millones con sus dos vecinas, Santos y Campinas) no cuenta más que con cuatro líneas de subterráneos. Al este, una zona de cuatro millones de habitantes, muy pobres, no es servida más que por transportes públicos arcaicos, autobuses en muy mal estado y trenes sobrecargados. Para venir a trabajar al centro, esos habitantes ponen dos horas, mañana y tarde. Por otra parte, aquí, el aumento de las trarifas de los transportes ha sido especialmente mal visto dado que el alcalde, elegido por el Partido de los Trabajadores, el partido en el gobierno, había hecho del precio de los transportes su caballo de batalla.
– En Rio, el teleférico ha restado aislamiento a las favelas...
– En parte, sí, en el centro. Ha facilitado la vida de los habitantes, pero también el acceso de la policía a los barrios.
– ¿Poco transporte colectivo y mucha contaminación?
– Sí, aun cuando la situación es menos catastrófica que en México, ya que la altura es diferente. Cinco millones de autos circulan cada día por San Pablo , y se estima que hay miles más cada día. Uno de los principales ejes de circulación, el largo del Rio Tietê, se ha convertido en una autopista urbana con dos veces once vías. La contaminación no se limita al aire, también concierne al agua; los pobres por lo general habitan zonas no construibles, sin desagotes, inestables y sometidos a riesgos importantes de derrumbes.
–¿El “milagro brasileño” no tiene, entonces, una traducción en términos de urbanismo?
–Brasil es uno de los paises más desiguales. Hay un verdadero abismo entre los ricos y los pobres. Mientras que en Europa la disparidad en materia de riqueza es de 1 a 5, en Brasil es de 1 a 100. En San Pablo, el 10% de la población vive en villas miserias, en la periferia de la ciudad. En Río, el 25% de la población vive en ese tipo de barrios, ubicados en distritos mucho más centrales 
– Las ciudades, el Estado ¿desarrollan viviendas sociales?
– No hay alquiler social, como en Europa. Pero el gobierno ha promovido un programa “ Minha casa, Minha vida “ (“ mi casa, mi vida”), de construcción de cientos de casas, bonitas, todas iguales, que prácticamente son entregadas a los habitantes. Estos complejos son construidos bien alejados de los centros, porque necesitan mucho espacio.
– ¿La fisonomía de las ciudades brasileñas es muy diferente de la de los otros países emergentes?
– Con respecto a China y a India, que tienen poblaciones rurales numerosas, Brasil es un país mucho más urbanizado. Ya cuenta con una decena de ciudades “millonarias” que en muchos casos, como en América del Norte, experimentan el abandono del centro por parte de los ricos.
– ¿A dónde van los ricos?
– Por miedo a los pobres, las clases media y alta se reagruparon en comunidades cerradas como en el resto de América del Sur. Alphaville, la primera ciudad nueva de Brasil, construida cerca de San Pablo en los años 70, se replicó en todo el país. Aun en los barrios tranquilos del centro, las viviendas se protegieron con rejas de hierro, cercos eléctricos y puertas y ventanas de seguridad.

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