(Colectivo Avanzar)
Reportaje realizado a Norberto Señor de ATE Sur
Programa Canto Libre en FM SUR 88.3
Por Andrés Figueroa Cornejo

- Lo primero para aclarar es que nuestro gremio como comprende a una gran cantidad de trabajadores estatales hay desde trabajadores del estado nacional en distintos organismos, como también en el estado provincial y con mucha presencia en los estados municipales.

- Si realmente es muy complejo hacerlo por varias razones, lo que predomina hoy en el estado nacional, por ejemplo en el ministerio de trabajo, el 70% no está en planta permanente; en desarrollo social, es más del 90%. En las provincias el panorama no es muy distinto, en Buenos Aires tenemos multiplicidad de programas donde los compañeros los tienen que llevar adelante siendo trabajadores bajo relación de dependencia pero encubierta detrás de un monotributo, o de un contrato, o como en el caso de los porteros o cocineros de escuela donde se les hace un contrato temporario, cuando están en forma estable desde hace mucho tiempo. La precarización es la forma dominante del trabajo del estado, al menos, en el ingreso, y en un largo tramo a lo largo de los primeros años hasta poder lograr la estabilidad laboral que debiera ser de manera automática para un trabajador estatal a los 6 meses.
Todo esto genera muchas dificultades, al mismo tiempo nosotros no podemos señalar que los “gordos” de la CGT, o Barrionuevo o Moyano, que aún tienen sus diferencias, o el propio Yasky y la fracción de CTA que hoy es un apéndice del gobierno…
- Si una fotografía de un apéndice, un apéndice fotografiado a nivel nacional… (Risas)
- Si, y con fotos trucadas, porque lo sacan a Gerardo Martínez del medio porque queda muy mal ponerlo desde que se enteraron que era un servicio, les golpeó un poco más. Entonces, no podemos decir que es todo lo mismo, por ejemplo con la CTA que encabeza Micheli o con la dirección de la mayor parte de ATE de hoy, en términos políticos, en términos económicos, encontramos diferencias, no obstante también hay algunas similitudes que los trabajadores desde abajo debemos combatir, que tienen que ver con verdaderamente una práctica profundamente democrática, con la construcción del conflicto y con la perspectiva como trabajadores de luchar por cambiar, no solamente luchar por el salario, sino que la perspectiva política no nos lleve nuevamente a “más de lo mismo” que es el “capitalismo en serio” o “el capitalismo humanizado”, sino que realmente tengamos una perspectiva de un cambio social profundo.
-Llama la atención dos cosas, una es que las condiciones laborales parece no ser un tema importante dentro de los petitorios, centrándose única y exclusivamente en el salario (los trabajadores del subte últimamente han instalado las condiciones de trabajo dentro de la protestas pero aún no lo han logrado como objetivo), y lo otro es que los trabajadores no logran convertirse en aquella fuerza social revolucionaria, fuerza motriz para las grandes transformaciones y la construcción de un proyecto de una sociedad nueva para nuestro país y el continente. ¿Cuáles son las principales dificultades para poder lograrlo?
- Hay cuestiones que no podemos atribuir o tirárselas por la espalda o la cabeza al movimiento sindical, escindido de la construcción social y política más general, más compleja; y menos que menos, a los trabajadores de los distintos sectores de trabajo que a veces, como podemos, intentamos organizarnos desde abajo y dar batalla contra múltiples obstáculos que van desde el papel del estado como el principal sostenedor de la explotación y de la injusticia, más allá de que en algunos determinados momentos de crisis utilice una máscara de mayores concesiones o “alivio” a algunas necesidades de la clase trabajadora, como pudimos en estos últimos años, como el gobierno se reacomodo luego de la rebelión del 2001, recordando al Cordobazo también, el 2001 mucho después y muy distinto, pero en algunos aspectos muy parecido, y obligó a reacomodarse a todo el régimen, pero en definitiva, frente a ese estado, frente a la burocracia sindical y a las distintas formas en los cuales desde un sindicalismo integrado a ese estado se ejerce permanentemente el freno o el ataque, como el de las patotas o el desvío político hacia la conciliación con las clases enemigas de los trabajadores, y para enfrentar todo eso, no se resuelve obviamente desde el modelo sindical o desde un sindicato, o desde un grupo de sindicatos, sino que tiene que ver con la construcción política. No sólo está la crisis mundial, la crisis del capitalismo, o con qué modelo la el capital va a sostener su dominación hoy, sino que también hay una crisis de nuestras propias fuerzas y de cómo encarar un proyecto de cambio social, no sólo en Argentina sino en toda el mundo, evidentemente tenemos herramientas políticas tan poco construidas que permitan y contribuyan para que la clase acumule de toda su experiencia histórica la posibilidad de ese cambio en el alcance concreto de cómo desarrollamos la lucha reivindicativa ligada a una perspectiva política.
Hay un problema muy complejo donde los trabajadores, a fuerza de las peleas cotidianas que damos en determinados puntos, vamos acumulando cierta experiencia, recuperando organismos de la clase, tratando de dar una perspectiva política y vemos una tendencia hacia un reagrupamiento, hacia una búsqueda que todavía está sustentada en muchos grupos, que reproducimos la fragmentación laboral, social, política que hay, y no hemos alcanzado una síntesis, debido a que siempre reflejamos de alguna manera en las organizaciones la vida material, y para poder superar eso se necesita de un proyecto muy sólido, de una historia, que no está sintetizada en una experiencia, en una fuerza o en un reagrupamiento que haya alcanzado la potencia suficiente, sin embargo, somos muchos seguramente, y eso se empuja desde abajo, lo que nos lleva a ese reagrupamiento, a la reconstrucción de una perspectiva clasista, a la reconstrucción de la búsqueda de la construcción del poder popular, de poder pensar realmente en una democracia y no en esta farsa, de enfrentar al capitalismo y al imperialismo, de denunciar esos pilares que están completamente vigentes en el modelo actual, aunque se encubran detrás de toda una fraseología nacionalista o popular, en donde si uno mira la megaminería, el negocio petrolero, el de la soja, los bancos de los cuales nada se habla de ellos, se habla de algunos grupos pero de los bancos no se dice nada.
Y para aquellos que midan el 2001, sería importante que recordaran el papel que jugaron los bancos, que recuerden el papel de la patria financiera en la dictadura y después durante el menemismo, y esos mismos bancos están hoy entre los principales ganadores de este modelo, que supuestamente es de redistribución de la riqueza, y si miramos la cúpula empresaria en la Argentina hoy está más extranjerizada que durante el menemismo, ha crecido entre las 200 grandes empresas entre un 55% hasta casi un 70% se trata de empresas extranjeras, ni siquiera la “burguesía nacional”, de la que tanto se habla, pesa en la realidad económica actual, entonces, frente a eso, los trabajadores ¿Cómo vamos a cambiar esta realidad si no construimos una fuerza social y política que actúe en lo reivindicativo y en lo político con una perspectiva transformadora?, esa es la búsqueda que necesitamos.
- La pelea sindical por el salario y no por mejorar las condiciones laborales. ¿Cómo el salario puede cubrir condiciones laborales en un país donde los niveles de accidentes y mortalidad en el trabajo son terribles? ¿Por qué crees que no se trata este tema a la hora de negociar?


-Y si, con $2800, $3000 o $3500 por mes, según Guillermo Moreno, podemos comprar varias canastas familiares, pero…
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