
Por Adolfo Fuentealba Somov - Oficial (R) del Ejército Chileno
(extraído de tsunamipolitico.com)
Desde joven siempre fue mi deseo conocer la Patagonia austral, tierra que siempre considere misteriosa y a la vez mágica. El destino se encargo que este anhelo de juventud se cumpliera y fue así que al terminar mi Curso Básico del Oficial Subalterno tuve la oportunidad de elegir mi destinación en una unidad con asiento en esas tierras.
En Enero de 2001, emprendí el viaje a mi nueva destinación, al Regimiento de Caballería Blindada N° 5 “Lanceros” de Puerto Natales. Durante el viaje pude apreciar la geografía de estas lejanas tierras y la imponente belleza de sus paisajes.
Siempre ha sido mi costumbre recorrer con cámara en mano las ciudades en las cuales me ha tocado vivir o he tenido la oportunidad de conocer. Y puerto Natales no fue la excepción. Una vez instalado, tome mi cámara y salí a caminar. Durante mi recorrido por la ciudad me encontré con un curioso letrero blanco escrito en hebreo, que estaba instalado en un poste eléctrico casi al frente de la Comisaría de la ciudad. Esto me hizo recordar inmediatamente las frecuentes visitas de militares israelíes a nuestra Patagonia. En el acto tome una fotografía de este “interesante” aviso. Me acerque al letrero y lo único que se podía leer en español era: “Magallanes 646”. Inmediatamente conseguí un mapa de la ciudad y ubique la calle que se encuentra detrás del hospital. Me fui caminando y encontré la dirección. Resulto ser un hostal llamado “Mónica” que tenía en su ventana un letrero en hebreo. Me llamo la atención que al lado de este “Hostal” habían 02 camionetas Ford blancas con sus vidrios polarizados. Me dirigí al acceso del hostal y vi una patente de “Expendio de Bebidas Alcohólicas” y la leyenda “Fuente de Soda”. Como la puerta estaba cerrada golpee y me abrió la puerta una mujer. Le pregunte si podía pasar a tomar una bebida y ella me dijo que no, porque “era un local exclusivo para israelíes”. Le replique que si en el exterior dice « Fuente de Soda » cualquier persona podría pasar. Me insistió que no se podía ya que “nos pagan por mantener la exclusividad, además mi hijo viaja todos los años a Israel y le pagan todo”. Ante la respuesta de la mujer no tuve más opción que seguir con mi recorrido por la ciudad.
Los viajes pagados son una excelente forma de “convencer” a nuestros compatriotas. Esto no sólo pasa en la Patagonia, también pasa en el Congreso, en donde todos los años son invitados diputados y senadores a Israel, con todos los gastos pagados para que conozcan el “vergel del medio oriente”. Realmente es eficiente el lobby israelí en el congreso y su proceso de “lavado de cerebro” respecto a lo que realmente ocurre en Palestina. La actividad de este lobby coincide con la extraña celebración del Januka en la Moneda el pasado mes de Diciembre.

Estas situaciones me hicieron recordar las pretensiones territoriales que históricamente ha tenido el sionismo en nuestra Patagonia y me demostraron que el “Plan Andinia” más que una creación de nacionalistas trasnochados es una inquietante realidad.


En Chile es conocida la compra de grandes extensiones de terreno por el “filántropo” ecológico Douglas Tompkins. Es de conocimiento público que la ecología no es la verdadera motivación de sus compras. El no es el único, hay otros extranjeros y nacionales vinculados al sionismo que también están adquiriendo tierras en Chile y Argentina.
Meses después me fui de vacaciones a Santiago a ver a mi familia y al término estas decidí volver a Puerto Natales en barco. Por esta razón, viaje a Puerto Montt para embarcarme en el buque “Puerto Edén” de la empresa naviera “Navimag”. El viaje tendría una duración de 03 días. Al subir al barco me encontré con la sorpresa que había 10 pasajeros israelíes abordo que también tenían como destino Puerto Natales. Me toco compartir mi habitación con un holandés y un español, los cuales fueron mis compañeros durante todo el viaje. A la hora de la cena bajamos al comedor y nos encontramos con los “turistas” israelíes ya comiendo. Estos durante la cena trataron de mantener la distancia, pero la aparición de un Pisco Sauer que traía el holandés rompió el hielo con los israelíes. Anthal, el holandés errante como lo apode, se acerco a ellos y les ofreció pisco. Aceptaron y durante una hora compartimos con ellos. Al parecer el pisco les soltó un poco la lengua ya que nos comentaron que eran soldados y que estaban de viaje por Sudamérica, siendo su mayor interés y atracción la Patagonia chilena y argentina. Como es natural, yo nunca comente mi pertenencia al Ejército y tampoco les hice preguntas muy incisivas sobre sus actividades. Al parecer les caímos bien a estos “turistas”, ya que nos invitaron a compartir con ellos en su hostal exclusivo que tenían en Puerto Natales. En el acto me acorde del hostal “Mónica” al cual no se me permitió ingresar meses antes. Afortunadamente coincidió que nos estaban invitando al mismo hostal.

Al llegar a Puerto Natales, Anthal me dijo que el se iría con los israelíes y que el hostal quedaba en la calle Magallanes N° 646. Le dije que muy bien y me indicó que la comida estaba programada para las 22:00 hrs.
Esta era mi oportunidad de conocer el famoso hostal y de ver el tipo de apoyo logístico con el que contaban tan “ilustres” visitantes. Llegue a la hora programada y me dispuse a tocar la puerta. Abrió Anthal la puerta y al verme exclama: “¡Y tu!”, esto se debió a que llegue al hostal con mi uniforme de combate y no podía creer que era militar. Ingrese y Anthal me dijo que estaban en la cocina, me dirigí a ella y antes de ingresar me pare en el umbral de la puerta y les dije: “¡Buenas noches!”. La cara de asombro de los israelíes fue increíble, ninguno de ellos me saludo y se miraron entre ellos sin decir ninguna palabra. Me quedo muy claro que no esperaban una sorpresa así, es más me dio la impresión que se sintieron burlados. A continuación les dije que agradecía la invitación pero que por motivos del servicio no me podía quedar. También les comunique que estaba claro que sus visitas a la Patagonia eran de carácter militar y no turístico. Ninguno de los presentes me respondió y me retire del hostal.
Con esta actitud me quedo muy clara la verdadera misión de estos “turistas”. En la prensa e Internet hay gran cantidad de información que corrobora todas las sospechas que existen sobre las visitas de los israelíes a nuestra Patagonia.
Mi interés por las exploraciones de los israelíes me comenzaron a traer algunos problemas en el Regimiento, tal cual como los tuve años antes en la Escuela Militar. Esto me significo esporádicos seguimientos y “marcaciones” por parte de la Inteligencia Militar.

Meses antes de mi “retiro” del Ejército, me dieron la misión de acompañar a un oficial del CIM (Comando de Institutos Militares), que venía a Puerto Natales a tomar las pruebas para la postulación a un curso de especialidad secundaria. Debido a que este oficial era especialista en inteligencia, le consulte directamente si tenía información sobre las actividades de los israelíes en el sur. Este oficial me responde: “¿Ud. quiere llegar a Coronel?”, yo le respondí que si y este me dice: “Entonces no se meta en cosas que no le corresponde”. A buen entendedor pocas palabras y no pregunte más.
Luego, después de una serie de incomodas y lamentables situaciones, fui llamado a retiro de la institución, en medio de persecuciones, calumnias, irregularidades, detenciones, etc., que terminaron con mi salida obligatoria y bajo amenaza de la Provincia de Magallanes. A tal punto llego esta situación, que fui escoltado por personal militar hasta la sala de embarque del aeropuerto, siendo claramente advertido que si volvía a la provincia sería detenido por personal militar. Posteriormente supe que tomaron esta medida ya que sabían que yo pretendía hacer una campaña de denuncia en la ciudad sobre este tema.
Considero que todo patriota chileno y argentino tiene el deber moral de informarse y oponerse a las pretensiones territoriales de cualquier potencia extranjera sobre nuestro territorio. Aquellos que tienen y tuvieron el honor de vestir el uniforme de la patria y que juraron ante nuestra sagrada bandera tienen una obligación aún mayor. Este juramento no se extingue por estar en condición de retiro, el juramento es para toda la vida y sólo se extinguirá con la muerte de quien ha jurado. En este moderno mundo materialista en donde la posición social y los bienes son más importantes que el honor, muchos hombres de armas y patriotas han perdido el norte y miran hacia a un lado cuando el deber les exige cumplir con su deber o con su juramento. Un soldado sin honor, es un simple mercenario del poder del dinero. Un soldado con honor, es capaz de sacrificar su vida por la patria y desechar las conveniencias personales, económicas y sociales por cumplir con su deber. Quien siente miedo ante el enemigo y prefiere la comodidad social y económica antes que el honor, no puede ser patriota y menos aún un soldado.
He escrito este breve relato con la intención de dar a conocer mi experiencia sobre este tema, con la convicción que esta intromisión extranjera debe ser investigada, denunciada, controlada y detenida por los estamentos competentes. Si miembros de la clase política ya han dado la voz de alerta, es tiempo que nosotros hagamos nuestra parte para que este plan salga a la luz y se tomen las medidas correspondientes.
¡PATAGONIA SIN SIONISTAS!
2 comentarios:
Me parece muy equivocado que hayan publicado el texto de un fascista tomado de un sitio web que abiertamente reivindica el Proceso y el Tercer Reich.
No Marat, claramente lo que queremos es exhibir el comunicado por parte de alguien del riñon de la mismisima milicada que denuncia todo y desnuda en carne viva lo que muchas veces ocultan o desmienten. Siento mucho que hayas malinterpretado el motivo, mas aún, sabiendo quienes somos.
Un saludo.
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