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viernes, 14 de septiembre de 2012
Relación entre Techint y Gobierno Nacional - Parte I
(ANRed)
Duras declaraciones del CEO de Techint generaron fuego cruzado por parte del gobierno Nacional. Una pelea más se suma a la larga lista de tensiones que carga la relación entre el holding y la gestión kirchnerista. Sin embargo, ambas partes han sabido ser socios importantes. Las cartas intercambiadas recientemente parecen bajar las tensiones, pero el futuro cercano es incierto. Por ANRed
Por ANRed - Sur (redaccion@anred.org)
El miércoles de la semana pasada fueron publicadas declaraciones de Paolo Rocca que generaron una avalancha de duras respuestas por parte del gobierno Nacional. El CEO del Grupo Techint, fue categórico al decir que “a partir de 2008 el Gobierno perdió el rumbo. No se sabe para dónde va”. Además, señaló que “la Argentina tiene un gran potencial, pero está muy mal gestionada. A partir de 2008, la competitividad comenzó a caer”.
Las declaraciones realizadas frente a miembros de la Academia Nacional de Ingeniería y publicadas en el diario Clarín generaron una ola de respuestas por parte del ejecutivo. Primero fue el Ministro de Planificación, Julio De Vido, luego la presidenta Cristina Fernández y, por último, el Viceministro de Economía, Axel Kicillof; cuyas palabras –“tendríamos que fundir Techint”-, a su vez, repercutieron negativamente en gran parte del sector industrial.
En los últimos días, la paz parece haber vuelto a la relación entre el holding y el gobierno. Las gestiones de intermediarios y un intercambio de cartas entre Paolo Rocca y Cristina Fernández habrían calmado las aguas. Las misivas dadas a conocer a la prensa por la presidenta dan a entender que los dichos del CEO del Grupo Techint fueron malinterpretados por el matutino dirigido por Héctor Magnetto, ya que el holding sigue confiando en el rumbo que adopta el país, al punto de estar realizando inversiones millonarias. Lo curioso es que el monopolio siderúrgico y el multimedio son socios en la Asociación Empresaria de la Argentina. Desde el holding se ocuparon de aclarar que durante el 2012 estarían invirtiendo 550 millones de dólares en el país, siendo uno de los principales proyectos la ampliación de la capacidad productiva de colada continua para planchones de acero, en la planta de la ciudad de San Nicolás.
La actual pelea mediática entre el grupo y el gobierno es la primera luego del duro enfrentamiento que mantuvieron el año pasado. Debido a la estatización de las AFJP, la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) heredó el 26% de las acciones de Siderar, y por eso el Estado pretendía tener mayor participación en el directorio de la empresa. Esta posibilidad era objetada por la compañía con mayor facturación del Grupo Techint. Con presentaciones en los estrados judiciales cruzadas y varios meses de tensión, ambas partes llegaron a un acuerdo: el nombramiento de tres directores de la Anses a cambio del reparto de dividendos por 1151 millones de pesos y la aprobación del balance contable.
Lo cierto es que la relación entre el Grupo Techint y la gestión kirchnerista está marcada por altercados que contrarrestan la buena relación que el ex presidente Néstor Kirchner buscó construir desde comienzos de su mandato en el 2003. Ya desde esos meses, Paolo Rocca solía ser uno de los empresarios que integraba las comitivas oficiales en los viajes, se mostraba presente en varios actos oficialistas y solía aplaudir cada medida económica que provenía de Roberto Lavagna, Ministro de Economía de ese entonces y hombre de confianza del empresario. Además, era el encargado de financiar y llevar adelante el Gasoducto del Noreste, una de las obras públicas más importantes del kirchnerismo, pero que el Grupo Techint finalmente no pudo llevar a cabo.
Néstor Kirchner, Cristina Fernández y Paolo Rocca (CEO de Techint)
El único gran encontronazo que tuvo el grupo con el gobierno de Néstor Kirchner fue el “caso Skanska” en 2007, su último año en el poder. Dos años antes, un concurso privado asignó a la multinacional sueca Skanska la construcción de dos gasoductos, uno en el norte y otro en el sur del país. El gerenciador del proyecto, la Transportadora Gas del Norte (TGN) de Techint, le señaló al Ente Nacional Regulador del Gas (Enargás) que funcionaba como autoridad de control, que Skanska estaba pagando un 152% de sobreprecios. La denuncia fue desestimada por Enargás, pero luego llegaron sospechas de coimas entre funcionarios públicos. Desde el gobierno intentaron desentenderse de las acusaciones, alegando que se trataba de “corrupción entre privados” y atacaron directamente a TGN Techint.
Más allá de esas acusaciones sufridas en su contra, el Grupo Techin había aprovechado por esos años la pesificación asimétrica que redujo su pasivo en la Argentina. A la vez, su endeudamiento global disminuyó también cuando el presidente venezolano Hugo Chávez, aliado incondicional del mandatario argentino, asumió el pasivo de Sidor (Siderúrgica del Orinoco), de la que participan Siderca y Tamsa, empresas del Grupo.
El gobierno del ex presidente Néstor Kirchner tenía puestas las mayores expectativas en que Techint sea su poderoso aliado y de esta forma encarar un proyecto de reconstrucción de una burguesía nacional. El grupo es, por lejos, el mayor proveedor de acero en el país y uno de los principales formadores de precios de la economía local. Además, es la multinacional con capitales argentinos más importante. A fines del año pasado, “entre Tenaris y Ternium, ambas empresas del grupo, tienen activos en el exterior por 18 mil millones de dólares, casi el 85% de los activos en el extranjero de las 23 principales multinacionales del país. Los ingresos totales de Techint alcanzaron en 2010 a 19.092 millones de dólares” (Página 12, 14/12/2011). Según la revista Forbes, ambas empresas integran el grupo de las 2000 compañías más importantes del mundo.
Sin embargo, el Grupo Techint conserva pocas características de genuina burguesía nacional. Hace algunos años se ha transformado en "The Techint Group", un holding internacional con base en Luxemburgo. Las inversiones se dispersan por el mundo y sus capitales pertenecen cada vez más a grupos financieros y bancarios de Europa ligados al financiamiento de acero.
Es posible que la nacionalización de Sidor por parte de Hugo Chávez en 2008 haya sido el punto de inflexión en la relación entre el Grupo Techint y la presidenta Cristina Kirchner. Desde el holding pretendían que desde el ejecutivo Nacional se defiendan los intereses de la empresa, ya que contaba con capitales argentinos, pero la mandataria no estuvo dispuesta a criticar a Hugo Chávez que, por aquella época era un gran tenedor de deuda argentina. De todas formas, la presidenta hizo las gestiones necesarias para que la indemnización por la nacionalización sea millonaria. Sin embargo, en mayo de 2009 Techint cobró 400 de los 1.970 millones de dólares de indemnización pactados por la nacionalización de Sidor, y decidió depositarlos en un banco de Alemania. Cristina Fernández había perdido la batalla por la reconstrucción de una fuerte burguesía nacional. El mayor lobby monopolista había quedado de la vereda de enfrente y, con éste, varios otros pulpos más.
Presidenta Cristina Fernández y Ceo de Techint, Paolo Rocca
A partir de entonces, la relación se volvió mucho más inestable. Los ataques de un lado y respuestas del otro se intensificaron.
Desde 2008, el grupo Techint desarrolló varios cambios societarios en sus empresas, moviendo la sede legal de Luxemburgo a España para aprovechar un acuerdo fiscal con el país ibérico y de esa forma evadir el pago de impuestos por 80 millones de pesos.
En el primer mes de 2009, en un conflicto de Siderar con 2.400 trabajadores metalúrgicos, el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria y obligó a la empresa a no despedir ni suspender personal. Días después, desde el holding anunciaron la suspensión de un plan de inversiones en el país que habían comenzado en 2005 y por las que la empresa pensaba desembolsar un gasto de 1.200 millones de dólares. Desde la multinacional aludieron a la crisis internacional para defender su decisión de paralizar las inversiones.
La relación entre el Grupo Techint y el gobierno no fue fácil en la mayoría de los diez años que el kirchnerismo lleva en el poder. Durante la gestión de Cristina Fernández, inclusive, parece dificultarse mucho más. Desde siempre, tanto en gobiernos democráticos como de facto, Techint supo moverse para estar del lado del gobierno de turno. Al ser monopolio de la chapa y el mayor productor de acero en el país, de cualquier manera se beneficia con cada obra pública del gobierno. La Nación, al contrario, le cuesta relacionarse con las grandes empresas y además necesita de las inversiones y los dólares que entran por el holding. En las próximas semanas se podrá saber si la relación se tensionó aún más ó, si al contrario, el fuego cruzado sirvió para saldar algunas diferencias.
2003-2012: Relación Techint – Gobierno Nacional
2003: Proyecto de Gasoducto del Noreste en conjunto entre el gobierno y el Grupo Techint. El CEO Paolo Rocca participa de varios actos y viajes oficialistas
2007: “Caso Skanska”. Denuncia de coimas a gerentes de TGN Techint
2008: Nacionalización de Sidor en Venezuela
2009: El Grupo Techint decide depositar fuera del país parte de la indemnización por Sidor. Además, cancela plan de inversiones por 1.200 millones de dólares
2011: La Anses quiere colocar 3 directores propios en Siderar. Terminan llegando a un acuerdo
2011: Desde el holding anuncian inversiones de 550 millones de dólares en el país para el 2012
2012: Paolo Rocca realiza declaraciones negativas sobre la marcha de la economía argentina y genera una ola de duras respuesta por parte del gobierno.
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