(Colectivo Avanzar)
Uno de los principios básicos de un sindicalismo clasista es la democracia interna, tanto en la estructura como en el funcionamiento de las organizaciones sindicales.
Es importante recalcar en este sentido, que la acción del sindicato es la acción decidida conjuntamente por sus afiliados, en asambleas de base, decisión que debe ser siempre respetada.
No debe haber tampoco diferencias o discriminaciones de ningún tipo, todos los afiliados al sindicato deben tener los mismos derechos y deberes.
Sus funcionarios a todo nivel, y elegidos democráticamente, responden al conjunto de sus representados, debiendo rendir cuentas periódicamente de su actuación, y no caer en actitudes oportunistas o sectarias, poniendo su cargo al servicio de un gobierno o de un partido político.
Sin duda que se da siempre la circunstancia inevitable de que en cada sindicato haya trabajadores pertenecientes a distintas agrupaciones políticas.
Al mismo tiempo, el sindicato no puede prescindir totalmente de la lucha política. Pero es imprescindible tener muy en claro que la acción política que el sindicato se vea obligado a realizar, no puede confundirse con una actividad partidaria.
La política sindical, que aspira a agrupar al conjunto de los trabajadores, no puede ser exclusiva y excluyente de un determinado partido político.
Debe ser una indeclinable política de clase, es decir, una firme defensa de los intereses de todos los laburantes, por lo que tiende a asegura así, como barrera al divisionismo, la unidad y una auténtica democracia sindical, ya que nadie podrá considerar a la organización sindical como un instrumento propio, a utilizar para sus objetivos personales o de grupos.
Por otra parte, la burocracia sindical -en cualquiera de sus fracciones, incluso las camufladas de "progres"- es la representante de la burguesía en el seno del movimiento obrero. Son uno de los principales obstáculos que enfrentan los trabajadores para defender sus intereses de clase.
La burocracia sindical, la patronal y el estado conforman lo que se ha dado en llamar "la santísima trinidad", actuando de conjunto en contra de las luchas de la clase obrera y del desarrollo de su conciencia y de su organización independiente.
Son por lo tanto enemigos de la real participación y protagonismo de los afiliados en los sindicatos - y en la vida política en general-, a los cuales dirigen en forma vertical y autoritaria, sin elecciones libres, amenazando con sus matones a sueldo a aquellos que se les opongan.
Para una mayor claridad, transcribimos las palabras de un honesto y gran luchador como Agustín Tosco:
"La burocracia buscará aplastar toda "insubordinación". Desde el disconformismo hasta la huelga más justa. La burocracia se ha asociado firmemente a los patrones, bajo la hegemonía de los monopolios y el imperialismo, y defenderá tenazmente esta asociación patentizada en el pacto social.
Podrá propiciar denuncias o reajustes, pero la filosofía del pacto social se mantendrá y promocionará constantemente, puesto que lo esencial es el concepto y la práctica de la conciliación de clases".
("El Mundo",1/3/1974).
En conclusión, el camino de la contienda histórica por la liberación nacional y social, socialista, de nuestro país y su pueblo, pasará por la ineludible necesidad de derrotar a esta burocracia sindical-empresarial y construir un auténtico sindicalismo clasista y combativo.-
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