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domingo, 17 de marzo de 2013
PATRICIA WALSH DIO TESTIMONIO EN LA MEGACAUSA ESMA III
(Agencia Walsh)
"El campo de deportes debe ser preservado"
(AW) Patricia Walsh declaró como testigo este miércoles en la megacausa ESMA III. Se centró en aspectos referidos a la "Carta Abierta a la Junta Militar" que redactó su padre Rodolfo Walsh y dio detalles vinculados al recurso de habeas corpus que presentó luego de su desaparición. Pidió que el campo de deportes de este centro clandestino de detención y tortura se preserve, se señalice y se realicen peritajes porque considera que allí fue cremado su padre y otros detenidos-desaparecidos. Denunció que en el predio se está disputando el "Torneo Cablevisión".
Por Liliana Giambelluca
Por su relación directa con una víctima de la última dictadura militar, Patricia Walsh dio su testimonio en juicio oral y público frente al Tribunal Oral Federal Nº 5 de Comodoro Py, en la denominada "Causa ESMA Unificada". Represores y cómplices civiles están siendo juzgados desde el 28 de noviembre de 2012 por delitos de lesa humanidad cometidos durante el gobierno de facto más sangriento de la historia argentina.
El 25 de marzo de 1977, Rodolfo Walsh salió de su casa para enviar por correo a las redacciones de diarios su "Carta Abierta de un Escritor a la Junta Militar", donde denunciaba persecuciones, muertes, allanamientos y desaparición de personas en la Argentina.
Mientras caminaba por la avenida San Juan y Entre Ríos fue interceptado por un grupo de tareas de la entonces Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). El periodista resistió el secuestro y recibió una ráfaga que lo dejó tendido en el suelo. Lo trasladaron a ese centro clandestino de detención y tortura, y desde ese día integra la lista de desaparecidos.
La Carta Abierta a la Junta Militar fue su último escrito. La Fiscalía le solicitó a su hija que fundamentalmente mencione las fuentes a las que tuvo acceso el periodista para redactarla.
"La Carta Abierta fue su testamento político"
La legisladora (m.c) y periodista Patricia Walsh dijo al Tribunal que la Carta Abierta a la Junta Militar es, en su opinión, "el texto más brillante, más lúcido, más coherente de mi padre Rodolfo Jorge Walsh". Destacó que el escritor trabajó los últimos tres meses de su vida en la redacción del texto y aunque "sabía que los tiempos de seguir con vida se acortaban", porque entendía que también podía ser víctima de la última dictadura militar, "sentía la obligación moral de escribir esa carta".
"Mi padre, que hizo la investigación de los fusilamientos clandestinos en el basural de José León Suarez en la década del 50 y la llamó ‘Operación masacre', me dijo que lo que estaba pasando era tremendamente superior", por lo que sabía que "con mucha urgencia había que denunciarlo tanto en el país como en el exterior".
La testigo manifestó que "la Carta Abierta fue su testamento político. Mi padre quería dar ese testimonio porque sabía que la información era de enorme importancia. Dio las primeras cifras de muertos, de presos, de desaparecidos, cifras que luego se incrementaron".
El periodista y escritor Walsh comenzó su relato denunciando la censura de prensa y de ese tema también habló su hija: cuando comenzó a buscar a su padre desaparecido, sin saber, llegó a los responsables directos de esa censura.
Mientras hacía copias en máquina manual de la Carta Abierta, "porque pensábamos que había que difundirla, más allá de la absoluta censura de prensa", buscó "ayuda, consejo y protección" en su tío y padrino, Carlos Washington Walsh, capitán de navío retirado, porque "como familiares directos debíamos presentar un recurso de habeas corpus".
El tío le prometió que haría "gestiones con su íntimo y mejor amigo para averiguar qué había ocurrido". El amigo resultó ser el capitán de navío Carlos Pablo Carpintero.
"Con el correr del tiempo me di cuenta que Carpintero no sólo era el mejor amigo de mi tío, no sólo era el capitán de navío retirado, sino que era el secretario de Información Pública de la dictadura militar, responsable de la censura de prensa, nombrado por Videla muy pocos días después de haber dado el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976", relató al Tribunal la hija del periodista.
El tío-padrino no sólo no la acompañó a los Tribunales a presentar el recurso de habeas corpus, sino que envió a una tía monja con un mensaje: "Carpintero dijo que la Marina era absolutamente ajena y que tenía que ver con el Ejército" la desaparición de Walsh. "Faltó a la verdad. Era de la Marina el grupo de tareas 3.3.2 quien intentó secuestrar a mi padre en la tarde del 25 de marzo de 1977".
Las fuentes de Walsh: el archivo periodístico, ANCLA y la red
"La información que mi padre tenía acerca de lo que estaba pasando, la tenía, como todo periodista de aquellos años, a través de un archivo periodístico, que además fue robado de su casa de San Vicente y luego fue visto por detenidos en la ESMA", dijo Patricia Walsh.
Su testimonio se interrumpió. Silencio. Y continuó: "Veo que alguien se ríe y la verdad que no me parece que sea correcto reírse cuando estoy dando testimonio. Me refiero a los abogados de los acusados, alguno de ellos se está riendo". El presidente del Tribunal entendió que había sido "una involuntaria distracción de la defensa" y les pidió a los letrados que "se esfuercen en concentrarse en el testimonio".
El único acusado que se presentó este miércoles fue Ricardo Miguel Cavallo (Sérpico, Miguel Ángel, Marcelo Carrasco), represor y violador de mujeres en cautiverio durante la última dictadura militar. Estaba al lado de su defensa y no paraba de escribir en su computadora portátil.
Patricia Walsh continuó su relato: "Su archivo periodístico, mi padre lo construía de manera artesanal, eran recortes hechos de manera manual, con tijera, colocados con goma de pegar en distintas hojas, con los cuales él trabajaba. Escribía en una máquina manual, que también robaron de la casa de San Vicente".
Otros modos por el cual Walsh obtenía información de lo que estaba ocurriendo eran receptores de radio, la red de periodistas que colaboraban con él, que dio lugar a la Agencia Clandestina de Noticias (ANCLA) y la cadena informativa que reproducían "amigos y familiares que tipeábamos esa información bajo la consigna que mi padre había propuesto: ‘Difunda esta información. El terror se basa en la incomunicación. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad'".
Recurso de habeas corpus
Patricia Walsh refiere que en junio de 1977 una abogada le redactó el recurso de habeas corpus en favor de su padre, pero por temor no la acompañó a presentarlo. Con mucho miedo ella fue sola a los tribunales. La presentación recayó en el Juzgado del juez Eduardo Francisco Marquardt, ya fallecido, cuyo suegro era el general Ibérico Saint Jean, gobernador de la provincia de Buenos Aires desde los primeros días de la última dictadura militar.
"Me resulta imposible señor juez, suponer que el entonces juez Marquardt no compartiera información con su suegro, con quien probablemente conversara acerca de la manera de impartir justicia en el país", reflexionó la testigo.
Vuelo de la muerte o "asadito"
Por circunstancias laborales, la hija de Patricia Walsh tomó conocimiento de una información que la angustiaba y se la transmitió a su madre: "No supe de los vuelos de la muerte por la lectura de un libro, ni por acceder a la causa judicial de dominio público que se tramitó en España, sino fue a raíz de la angustia que esa información le ocasionaba a mi hija María Eva Fuentes".
Luego agregó: "Mi hija estaba muy angustiada porque se hablaba de vuelos que se hacían en la ESMA con personas que estaban vivas, a las que se dormía y se las arrojaba al agua. Aunque sabía que su abuelo lo había denunciado en la Carta Abierta y en los cables de ANCLA".
María Eva también le contó a su madre que "cuando no se podían hacer los vuelos de la muerte, que en realidad eran los llamados ‘traslados', se hacían ‘asaditos' en el campo de deportes con víctimas que llegaban heridas y morían en la ESMA, o llegaban muertas, o morían como consecuencia de las torturas que sufrían en el campo de concentración. El teniente Vaca (Gonzalo Torres de Tolosa) era el encargado del sector automotores y llevaba al campo de deporte el combustible y las cubiertas en desuso".
La legisladora (m.c) dijo que estaba "convencida" que en el campo de deportes de la ESMA "cremaron los restos de mi padre", a la vez que el lugar "debe ser preservado, debe evitarse cualquier tipo de construcción, de cambio o de transformación que pueda alterar lo que allí pudiera encontrarse".
Copa Cablevisión
En el campo de deportes de la ESMA, llamado Ernesto del Monte en homenaje a un soldado caído en la guerra de Malvinas, de los "asaditos" de la dictadura pasaron a los torneos deportivos de la democracia. Walsh dice que "es necesario que se resguarde ese sitio, se realicen pericias" y se efectúe una "señalización" que indique las prácticas allí realizadas.
Esta semana comenzó la "Copa Cablevisión", torneos deportivos amateur que vienen realizándose desde hace dos años por lo menos. Walsh exhibió los afiches que promocionan los torneos organizados por la empresa SportJoy, y solicitó que se incorporen a la causa.
Palabras finales
La testigo finalizó su declaración, recordando al Tribunal que la casa de su padre en San Vicente, no sólo fue destruida, sino que hasta el día de hoy sigue usurpada por la hermana del entonces comisario del pueblo, Rubén Salas.
La periodista reclama el último cuento inédito de su padre, "Juan se iba por el río", porque "sigue robado y encontrarlo sería un beneficio para nuestra cultura nacional porque mi padre era un gran escritor".
"Destruyeron su casa de San Vicente y la usurparon -dijo sobre el final-, robaron su obra literaria inédita, hicieron los vuelos de la muerte, los asaditos en el campo de deportes de la ESMA, hicieron muchas cosas, pero lo que no pudieron hacer, fue evitar que Rodolfo Walsh siga dando testimonio".
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