POR POSIBLE CONSULTA POPULAR
(Agencia Walsh)
El nuevo Secretario de Ambiente de Córdoba, Néstor Pratto, se mostró favorable a cumplir las leyes ambientales y llamar a una consulta popular por la instalación de la planta de Monsanto en Malvinas Argentinas. Ante esto la empresa encarga a la consultora Mora Y Araujo un estudio de opinión, tanto en la provincia, como en Malvinas Argentinas. El trabajo contiene preguntas como “sabían que la empresa iba a donar un generador de electricidad, lentes para muchos vecinos e instalaciones de agua potable” “les parece esta una actitud amigable”.
Monsanto encarga estudio de opinión para medir su imagen en Córdoba
En medio de rumores de una inminente consulta popular, la empresa multinacional financia un importante estudio de mercado para analizar qué opinión tienen los ciudadanos cordobeses y malvinenses respecto a la instalación de la planta de tratamiento de semillas en Malvinas Argentinas.
Monsanto contrató los servicios de la empresaIPSOS. Esta compañía es una de las consultoras de opinión pública más grandes de la Argentina; opera bajo distintos nombres como IPSOS-Mora y Araujo, Métrica o Novaction, y realiza trabajos para grandes empresas, Gobiernos provinciales e incluso, para el Gobierno Nacional.
En este caso, IPSOS a su vez, arregla con una consultora local para medir el termómetro social por medio de la metodología llamada “Grupos focales”.
Un grupo focal básicamente es una herramienta de recolección de información del mercado, formado a partir de un grupo especialmente seleccionado de personas heterogéneas quienes con sus propios argumentos, deben debatir sobre algún tema en particular de interés para la investigación y análisis de mercado. En este caso la imagen corporativa que se quería medir era la de Monsanto.
La muestra de gente consultada en esta oportunidad fue de 100 personas, divididos en 10 grupos dependiendo su edad (18-25, 35-45, y 45-60) y su lugar de procedencia (Malvinas Argentinas o Córdoba).
Rodeando la cuestión
¿Cómo es vivir en Córdoba? ¿De qué vive la gente? ¿Saben si hay industrias? ¿Cuáles son? ¿Qué piensan de las industrias? ¿Y de la industria alimentaria y agrícola? ¿Cuáles conoces? Y de repente uno ya estaba hablando de Monsanto en Malvinas Argentinas.
La habilidosa psicóloga coordinadora traída desde Buenos Aires intentaba muy sutilmente –a veces no tanto- contraponer argumentos positivos a los puntos negativos señalados por el general de la opinión pública.
¿Quién debería hacer el impacto ambiental? ¿Cómo debe ser para que crean? Saben que en la ciudad de Rojas hay una planta similar a la de Malvinas y vecinos han visitado las instalaciones? Hagamos un juego: si Monsanto fuera una persona, quién sería?
A pesar del timón tendencioso de la conversación, la amplia mayoría de las ocho personas presentes tenía una imagen negativa respecto a la empresa. Algunos sabían más, otros menos, pero casi todos mostraron tener en el imaginario que Monsanto no es bueno para Malvinas Argentinas, Córdoba y Argentina (8 de 8), y sólo una de estas personas, a pesar de no querer que se instale, consideró que la empresa lo iba a lograr de cualquier manera.
En un momento de la entrevista grupal, se preguntó qué opinaban sobre la gente que estaba sosteniendo el acampe frente al predio y si los conocían. Uno de los participantes mencionó: “Pueden ser o no de Malvinas pero ellos son parte de un montón de gente en todo el mundo que rechaza esta empresa y no van a dar el brazo a torcer”.
“Yo creo que se van a tener que ir porque más que la plata es la vida, la salud de las personas y con eso no se negocia”, manifestó una de las mujeres presentes.
La entrevistadora, tal vez un poco más impaciente al no obtener los resultados que el cliente necesita, expuso que en el país hay muchas industrias que contaminan y nadie las para ni las bloquea, por lo que surgía la duda de por qué a la planta de Monsanto sí. “¿Qué pasa? ¿Quién es esta gente que está impidiendo que se construya esta industria?”. Varios de los entrevistados respondieron que la oposición a Monsanto se ve en todo el mundo y también las consecuencias de su contaminación.
Por lo visto se trata de un punto clave en la discusión: el acampe. Parecería que mientras el acampe cuente con la aprobación de la gran mayoría de la población, Monsanto no podrá simplemente removerlos de allí. Según una de las personas presentes, la entrevistadora daba a entender constantemente que “no hay instituciones ni personas que expliquen qué es lo que quieren esas personas del acampe”, como si se tratara de locos o extremistas.
Por supuesto que en este aspecto, la psicóloga devenida en marketinera ignoraba deliberadamente el apoyo de numerosas instituciones como por ejemplo: FUNAM, la Universidad Nacional de Córdoba, la Universidad Nacional de Río Cuarto, diferentes partidos políticos y personalidades que se expresaron a favor de que se haga una consulta popular sobre Monsanto y que se preserve la paz social de la población.
Casualmente –siempre en este tipo de entrevistas lo es- la coordinadora de la conversación enumeró varias “ayudas sociales para la comunidad” que Monsanto estaba dispuesto a otorgar a la población de Malvinas Argentinas: donaciones de un generador de electricidad, lentes para muchos vecinos, conexión de agua potable, hospital zonal, etc. lo que llevó inmediatamente a la pregunta posterior: “¿Esto no les parece una actitud amigable de la empresa? ¿Con esto no disminuye la imagen endemoniada del pasado de la empresa?”.
Nuevamente la estrategia discursiva fue detectada y los entrevistados señalaron que no eran razones para creerle a la empresa porque “se aprovechaban de la necesidad de la gente” y que no era casualidad que se hayan instalado en la localidad de Malvinas Argentinas.
En este sentido, uno de los presentes precisó: “Se trata de una entrevista malintencionada, mentirosa, generadora de opinión y manipuladora disfrazada de inocente. Vi claramente que el objetivo es disfrazar esta multinacional como si fuera una empresa solidaria generadora de trabajo que lo único que haría es proteger la semilla y dar trabajo. El objetivo de la entrevista claramente es cooptar voluntades, generar dudas sobre la veracidad de las luchas. Por otro lado, tienen una actitud marcadamente siniestra respecto de las personas que están en el acampe. Ella (la entrevistadora) comenta haber ido al acampe y que le da temor porque tienen la cara tapada y luego preguntaba si sabían que a esa gente les pagaban”, explicó uno de los entrevistados a este medio.
Llegando al fondo del asunto
Por supuesto, la pregunta sobre la posibilidad de realizar una consulta popular también estuvo presente. El tema cobra cada vez más visibilidad luego de que el flamante secretario de Ambiente, Néstor Pratto, se mostrara a favor de la realización de una consulta popular porque así lo contempla la Ley General de Ambiente.
Sin embargo, vale decir que el funcionario que asumió en medio del cambio urgente de gabinete que estableció el Gobernador, destacó que la consulta “no debería ser vinculante”.
En la otra vereda, la Asamblea Malvinas Lucha por la Vida, los acampantes y la gente que acompaña esta causa, sostienen que sin la licencia social la empresa Monsanto no se puede instalar y que llegado el caso, debería realizarse una consulta popular vinculante para decidir el futuro de la multinacional en la provincia.
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