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viernes, 17 de octubre de 2014

La movilización que rompió un cerco: la historia de Luciano Arruga

(ANRed)
Ver a Vanesa en TN diciendo todo lo que tiene que decir, fue una enorme alegría. Obviamente con muchas contradicciones, pero supo aprovechar muy bien el espacio: “los medios también nos deben una disculpa por cómo desinformaron y criminalizaron a los pibes” dijo, entre muchas otras cosas. También dejó sus palabras en numerosos programas de radio y fue nota de los diarios más leídos. Pero estos mismos medios que le dan un espacio a Vanesa, son los que se lo negaron durante años, y muy probablemente volverán a hacerlo en breve. Es por eso que vale la pena repasar la historia de Luciano y tener en claro quien fue quien en ella. Por Ramiro Giganti, para ANRed

Por RedAcción - LP


El pasado 31 de enero, se cumplieron 5 años de la desaparición de Luciano Arruga. Su historia fue un claro testimonio de la actualidad por diversos motivos. La historia de un pibe de 16 años de un barrio humilde del conurbano, de una familia trabajadora. La historia de un desaparecido en democracia, pero distinta a la de Julio López, ya que Luciano nació en democracia, pero no tan distinta en cuanto al entorno institucional.

Es la historia de un pibe al que le cabe perfectamente el “algo habrá hecho”, pero al igual que muchos militantes y luchadores que desaparecieron en la dictadura por “haber hecho algo” Luciano también lo hizo: se enfrentó a la autoridad: una autoridad mafiosa y asesina. Es la historia de un pibe al que quisieron condenar al delito, al que la policía obliga a “robar para la corona” a cambio de una cometa… “¿Cómo va a decir que no? Si su familia no tiene un mango… “ y si dice que no la va a pagar, no es digno de esta sociedad que no admite honestos. Luciano hizo algo, Luciano dijo que no.

La historia de Luciano son muchas historias. Es la historia de la juventud castigada. La historia de los miles de casos de gatillo fácil en esta “democracia”. Pero también es la historia de un contexto de “fascismo social” donde el “vecino bien” que pide seguridad también puede matar o desaparecer personas. Una escalada irracional de reclamos por seguridad “como sea”, donde el “como sea” se traduce automáticamente a “mano dura” atravesó distintos puntos del país a partir de la mediatización del “caso Blumberg” allá por el año 2004 y la referencia de su padre como “líder de la derecha”, hasta llegar a Lomas del Mirador, en La Matanza, el barrio de Luciano. Allí los reclamos por seguridad fueron protagonizados por una ONG llamada Valomi (Vecinos en alerta de Lomas del Mirador, La Matanza), presidida por Gabriel Lombardo, cuya labor durante la campaña de Francisco De Narvaez de cara a las elecciones del año 2009 fue probada (incluidas reuniones políticas con De Narvaez en su Chalet). De esos reclamos, surge la creación, promovida por Valomi (Lombardo) del destacamento de Lomas del Mirador, inaugurado el 26 de Septiembre del 2007. Apenas inaugurado el destacamento la policía se dedicó a hostigar y criminalizar a los pibes del barrio, y a familias humildes y trabajadoras.

En Septiembre del 2008, un año después Luciano fue detenido y maltratado por la policía en ese destacamento, después de haber “rechazado la oferta”. A menos de un año y medio de inauguración, y luego de torturas y maltratos a muchos pibes (incluido Luciano) ese destacamento ya contaba con un desaparecido. La historia de Luciano es también la historia de la policía asesina y corrupta, pero a su vez es la historia de un entorno fascista promovido por los medios masivos de comunicación y los reclamos irracionales de “seguridad como sea”…. ¿Seguridad para quienes?

La Comunidad desinformada (Parte 2)

Gabriel Lombardo desfiló por muchos medios masivos de comunicación, que reprodujeron su relato. Aseguró (aunque sin pruebas) haber sido víctima de al menos 39 robos. En esos días, su discurso se multiplicó al conocerse el caso de Gustavo Lanzavecchia, un florista y decorador de Susana Gimenez, que murió apuñalado. La propia Susana Gimenez, en un programa de alto rating y poca reflexión expuso el reclamo al aire "a favor de la pena de muerte”. Lo propio hizo Marcelo Tinelli, pidiendo por más seguridad, mientras pocos días después saludaba a la “Buteler” una fracción de la Barra Brava de San Lorenzo... Los barras bravas son “un fenómeno” los pibes de barrios humildes no, la policía que los manda a robar tampoco, los empresarios que lavan dinero o se benefician con extensiones impositivas y algunos incluso se asocian (como Cristobal Lopez, magnate de juego y “socio” de Tinelli en el manejo de medios) menos… ¿Dónde está la delincuencia?

Volviendo a Luciano. Porque en esta nota lo importante es Luciano, para ver a los sujetos mencionados anteriormente están los medios masivos… bah, para adularlos. La historia de Luciano, es la historia de una comunidad desinformada, que no conoce su caso y cree que “no hay desaparecidos en democracia”. Es la historia de una comunidad desinformada, que pide seguridad. Es la historia de un cerco mediático.

Durante todo el mes de febrero del año 2009, no hubo informe o referencia alguna sobre la desaparición de este joven en ninguno de los medios masivos, a pesar de que su familia, que lo buscaba, haya pedido ayuda, y difundido el caso. Muchos nos enteramos por los medios alternativos o por mensajes de organizaciones de DDHH independientes del gobierno o partidos de izquierda. Los medios masivos difundían con excesiva repetición algunos casos aislados de delito juvenil mientras paralelamente invitaban “panelistas” para que opinen y debatan sobre la baja de la edad de imputabilidad. De casos como el del Luciano no se hablaba.

La historia de Luciano Arruga también es la historia de los medios alternativos, que muchas veces difunden lo que los medios corporativos callan. Pero cuando el cerco se rompe, son los medios corporativos los que toman el trabajo de los medios alternativos, se apropian de él, lucran con él, y obviamente abusan de él mostrando solo una parte del trabajo y solo cuando su conveniencia lo demanda. Pasó muchas veces, y sigue pasando. Pasó con muchos casos, y pasa también con el caso de Luciano. Las historia de Luciano, además de ser la historia de los cercos mediáticos, es la historia de la “hipocresía progre” de muchos medios que callaron el tema para “no complicar al gobierno” y que ahora se quieren acomodar y subirse a la ola. Es la historia de periodistas que le sacan información a medios alternativos para después decir que fueron los primeros en difundirlos, y lucrar con la militancia ajena.

¡La movilización rompió un cerco!

Ver a Vanesa en TN, con tiempo y micrófono, diciendo todo lo que tiene que decir, fue una enorme alegría. Obviamente con muchas contradicciones, pero supo aprovechar muy bien el espacio: “los medios también nos deben una disculpa por como desinformaron y criminalizaron a los pibes” dijo, entre muchas otras cosas. También dejó sus palabras en numerosos programas de radio y fue nota de los diarios más leídos.

Es inevitable caer en el reconocimiento o mejor dicho el elogio a la lucha y la capacidad para expresarse en los medios de Vanesa, bonita como todas las luchadoras, pero muy concreta y firme para decir lo que muchos intentan callar. El cerco está roto. Este es un triunfo de la movilización, de la lucha de muchas personas, que junto a Vanesa difundieron y militaron la causa. Es un triunfo de la militancia, de los medios alternativos, y por sobre todo, es un triunfo de la verdad. La historia de Luciano llegó a los medios masivos. Al menos por un rato.

Pero como todo triunfo, siempre tiene a quienes lo lograron y a los oportunistas que se intentan sumar a él una vez consumado. Los mismos medios que le dan un espacio a Vanesa, son los que se lo negaron durante años, y muy probablemente volverán a hacerlo en breve. Conociendo la historia de Luciano, no sería la primera vez que ocurre: el cerco ya se había roto, a mediados del año 2009, cuando una intervención en el programa CQC que iba en directo, instaló el nombre de Luciano en los medios, pero al poco tiempo, y amparados en la amnesia colectiva, el cerco se recompuso.

Los cercos pendientes

La historia de Luciano Arruga, es también la historia de muchos otros casos, que los medios no informan. Son casos atrapados en cercos que es necesario romper.

Daniel Solano se encuentra desaparecido desde noviembre del 2011. Su caso tuvo muy poca presencia en los medios masivos, en algunos directamente nula. Daniel era un trabajador golondrina, de Tartagal, Salta; que había viajado a Rio Negro para trabajar en una cosecha, al descubrir las condiciones de esclavitud a la que la empresa Expofrut lo sometía, se organizó con sus compañeros. Desapareció un día antes de la huelga que estaba organizando. Sus familiares e incluso su abogado pusieron una carpa, incluso hicieron una huelga de hambre de 19 días que fue ignorada por las autoridades. En la jornada del pasado 25 de Enero en Lomas del Mirador, una vocera cercana a los familiares de Daniel Solano denunció un plan mafioso para matar a Sergio Heredia, el abogado de la causa. Los medios aún no difundieron esta terrible noticia

Atahualpa Martinez Vinaya fue asesinado en Viedma en el 15 de Junio del año 2008. Si bien hay una causa judicial con tres policías procesados, esta se encuentra impregnada de impunidad, mentiras y maniobras espurias. Además de pruebas concretas sobre el accionar mafioso de la policía en Rio Negro.

Matias Casas fue asesinado el 29 de Junio de 2012 por un policía. Tenía 19 años. El pasado 25 de enero en la jornada por Luciano, la madre de Matias conto que “Supuestamente a Matías lo paró un policía, no sabía quién era, le preguntó si era Matías y empezó a disparar. Mi hijo con la moto en arranque y agarrado de su novia arranca. Lo siguen en una camioneta con un policía de seguridad, le siguen disparado y cuando mi hijo se cae un taxista avisa a la policía, la policía lo rodea y permite que Méndez (Héctor Daniel) baje de la camioneta y lo patee. No contentos con eso se ponen a charlar, tarda en llegar la ambulancia y además en vez de llevarlo al hospital que estaba a 8 cuadras, lo llevan al regional que está a 30.”

El caso de Sergio Avalos, ya tiene más de 10 años, y tuvo alguna repercusión en los medios aunque muy escasa, principalmente impulsada por las movilizaciones de los estudiantes de la Universidad de Comahue donde Sergio iba a estudiar, en Neuquén. Desapareció el 13 de Junio del 2003 luego entrar a un Boliche llamado “Las Palmas”, del que nunca se lo vio salir. El boliche estaba custodiado por ex militares y policías. Sergio Avalos lleva más de 10 años desaparecido, con la complicidad de las autoridades.

Diego Nuñez, murió asesinado por la Policía Federal en Caballito, ciudad de Buenos Aires el 19 de abril mientras salía a festejar su cumpleaños con amigos.

Braian Hernandez tenía nada más que 14 años, y murió asesinado por un tiro en la nuca por parte de la Policía en Neuquén. Su vecino, Gabriel “Willy” Gutierrez, de 25 años, había sido un testigo clave del caso, por haber presenciado los hechos. Había sido amenazado de muerte antes de dar testimonio, pero aun así se presentó a declarar en contra de Claudio Salas, su asesino. Willy murió asesinado el día siguiente.

Facundo Rivera lleva casi dos años desaparecido en Córdoba. Salía de una fiesta en el centro de la capital Cordobesa a dos cuadras de la Central de Policía. Los testigos han tenido que dejar de vivir en Córdoba, por el hostigamiento y el amedrentamiento. En Córdoba existe un código de faltas que le da derecho al policía a detener y a juzgar; a veces detiene a pibes por llenar planillas. Esa misma policía es la que hace solo algunas semanas se amotinó y logró que su salario aumente hasta los 12.000 pesos. La impunidad es recompensada desde el gobierno.

Carlos Painevil, está desaparecido desde el 2 de junio de 2012. Es de la localidad de Allen, Rio Negro. Sus familiares no recibieron ninguna respuesta de las autoridades.

En octubre pasado se cumplieron 10 años de la detención arbitraria, tortura y desaparición forzada de Iván Eladio Torres Millacura en la Seccional Primera de Policía de Comodoro Rivadavia. Otro caso con escasa o nula difusión en los medios.

La historia de Luciano Arruga, es también la historia de todos ellos y la de muchos otros casos. Es la historia de Mario Golemba, desaparecido en Misiones. Es la historia de Rubén Carballo, asesinado por la policía de la comisaría 44, de Floresta, mientras hacia la cola para entrar al recital de Viejas Locas en 2009. También es la historia de muchos otros casos, que no son mencionados en esta nota.

La historia de Luciano es la historia de todos los jóvenes hostigados por las autoridades, de todas las causa que los medios oculta. La historia de Luciano es la historia de los petroleros de Las Heras condenados a cadena perpetua luego de un mamarracho judicial donde se tomaron testimonios bajo tortura como válidos.

Y si… la historia de Luciano Arruga, es la historia de la lucha de clases. O al menos una parte de ella.

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