Pese
a la represión policial, la comunidad organizada de la institución en
crisis cumple su agenda de movilizaciones y propuestas, y amplía la
solidaridad activa de su causa.
Andrés Figueroa Cornejo
El
miércoles 22 de octubre de 2014 la comunidad de la Universidad de Artes
y Ciencias Sociales, Arcis, realizó una nueva manifestación que acabó
con 21 detenidos y cientos de personas reprimidas por las Fuerzas
Especiales de carabineros. La institución hoy pasa por una crisis que
podría resultar terminal de acuerdo a los intereses de los poderes
políticos y económicos contrarios a la democracia, la educación y al
conocimiento crítico y reflexivo en Chile.
Luego de un apretado
historial de resistencias, búsqueda de la verdad, amenazas, violaciones
de los derechos humanos -laborales, sindicales, académicos y
estudiantiles-, persecuciones y agresiones concretas por parte de los
dueños de la institución privada, la mayoría activa de Arcis sólo ha
recibido golpizas, portazos y respuestas diletantes (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=190316, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=189963).
La
coordinadora y asamblea triestamental de la entidad señaló a través de
sus representantes que “queremos denunciar el autoritarismo y la
violencia sistemática ejercida por la dirección de la universidad al
querer mostrar una situación de normalidad en un contexto de renuncia
masiva de profesores, de interrupción progresiva de las clases y de un
probable colapso académico y administrativo en las próximas semanas. La
total indolencia de las autoridades frente al desmoronamiento de los
proyectos y sueños de cientos de familias es una actitud que provoca
impotencia e indignación. Las autoridades han dejado que la universidad
profundice su crisis al no reconocer la gravedad de los problemas
académicos que ésta ha provocado al despedir en forma arbitraria a
docentes y al proponer un espejismo de solución que profundiza el
mercado, con más endeudamiento y cobro a los estudiantes sin haber
entregado adecuadamente los compromisos académicos, y con una
reestructuración inconsulta que no responde a ningún criterio
formativo”.
La comunidad arciana también emplazó al Ministerio de
Educación de la actual administración gubernamental, “que ha avalado
las decisiones de una dirección ilegítima e ilegal y que hace vista
gorda a la persecución político-sindical y la vulneración de los
derechos laborales, así como el derecho de los estudiantes a su
educación. (El ministerio de Educación no ha hecho sino) iniciar una
investigación administrativa (cuando hoy tiene la posibilidad de)
concretar el tan anunciado retiro del mercado en educación y
fortalecimiento de la educación pública”.
Asimismo, las fuerzas
triestamentales indicaron que “la crisis de Arcis es una manifestación
de la crisis del modelo fundado en la dictadura, por lo que una nueva
política debiera intervenir las crisis institucionales, no sólo para
sanear o cerrar, sino que para transitar hacia el fortalecimiento de un
nuevo sistema de educación que supere la concepción de bien de consumo.
El resto es más mercado, es perfeccionamiento del modelo”.
Académicos,
funcionarios y estudiantes han postulado una fórmula “que no implique
estatización unilateral, sino como concordancia entre Estado y
comunidad. Hemos propuesto complementariamente, una modalidad de
propiedad mixta o bien la alianza estratégica con otra institución del
Estado, pero nada de eso se ha considerado por la cartera de enseñanza.”
Represión y solidaridad
La
sede central de Arcis está ubicada en la calle Libertad 53, a escasos
metros de la Alameda. A diferencia de otras marchas con igual objetivo
(llegar hasta las dependencias del Ministerio de Educación para exigir
una entrevista con sus inquilinos), esta vez la columna universitaria se
encontró inmediatamente con un escandaloso operativo de Fuerzas
Especiales de carabineros que destruyó el orden de la manifestación a
punta de carros lanza-agua, golpes y detenciones a discreción. Así y
todo, cientos de personas lograron reagruparse en las puertas del
edificio ministerial, a media cuadra de La Moneda.
En la
ocasión, la comunidad de Arcis estuvo acompañada por dirigentes de otras
organizaciones, como la presidenta de la Confederación de Estudiantes
de las Universidades de Chile (Confech), Melissa Sepúlveda, y el
presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de
Santiago, Takuri Tapia, los cuales, además de solidarizar y concordar
con las demandas de la coordinadora triestamental de Arcis, fueron
víctimas también de la represión policial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario