Nuevamente somos testigos de la brutal represión que encarnan este y todos los gobiernos que defienden los intereses imperialistas en toda Latinoamérica. Es que las escenas de violencia, a manos del aparato estatal, tristemente se repiten a lo largo y a lo ancho de este castigado, golpeado, reprimido pero luchador y tenaz continente.
Somos presas de las leyes que impone el sistema para poder someternos cada día más. Vemos como el aparato tracciona a favor de los intereses de un puñado de poderosos que bancan esta estructura gubernamental mafiosa y represiva, que continúa garantizando el modelo del imperio tanto en lo económico, con las diversas variantes de neoliberalismo maquillado y disfrazado de progresismo, como a nivel represivo, con violentas y mortales prácticas, que miles de morbosos espectadores pueden verlas a través de sus LCD’s mientras disfrutan de un refrigerio en sus casas u oficinas.
Estas violentas estructuras cuentan con la validación a través de las elecciones burguesas, una tramposa estructura que nos falsea la realidad y nos vende que el poder está en manos del pueblo cuando se presenta a votar, pero que en realidad, las estructuras de poder se mantienen sólidas gracias al apoyo irrestricto de las patronales negreras a manos del imperialismo.
Hoy vemos que los escenarios represivos hacia nuestra clase se repiten, que las mentirosas promesas de los gobiernos burgueses, en épocas de elecciones, quedan en jaque ante las inmensas e impostergables necesidades sociales, aquellas por las que muchas organizaciones sociales y populares venimos luchando y reclamando desde abajo y desde hace mucho tiempo.
Hoy muchas de esas organizaciones, bajo una falsa ala de progreso, terminan por ser víctimas del engaño de estos gobiernos que se han jactado de haber gobernado para el pueblo y de haber levantado las banderas de los DDHH, cuando en realidad, son los encargados de perpetuar este sistema represivo que aniquila irrestrictamente al pueblo, que deberá comenzar a organizarse y a unirse para expresarse y reclamar, ante tanto despojo y falacias de parte de quienes deberían gobernar para la gente y no para las empresas y sus intereses.
Las tierras apropiadas ilegalmente, por parte de las empresas explotadoras y negreras, no son un tema de discusión en el plano de los medios de comunicación masivos, ya sean oficialistas u "opositores", los cuales son partícipes de la matriz que encarna el poder, y ahí, las similitudes con el aparato gubernamental son tales, que ningún periodista de ningún medio imperialista, se atrevería a denunciar la desmedida explotación y el daño ocasionado a nuestros recursos naturales que estas empresas, que cuentan con el aval y la anuencia del gobierno, le están propinando a nuestras tierras, a no ser que sea para elevar los promedios de audiencia en los noticieros centrales, y de esa manera, poder recaudar más dinero en la tanda publicitaria.
Mientras tanto, el derecho a una vivienda digna, un derecho humano legítimo, que figura en la constitución nacional, hoy parece ser un verdadero privilegio para quienes deben ponerle el pecho a las balas y los palos de la policía represiva, a cargo de estos gobiernos con maquillaje de “populares”, y deberán dar hasta sus vidas si desean tener una “vida digna”.
Soldati, Bernal, Formosa, Jujuy, Tucumán, y continuarán sumándose los lugares en los que estos terribles métodos represivos seguirán sucediéndose, mientras que la matriz gubernamental-sindical-patronal, creadora de los nidos y madrigueras de la más inmunda corrupción que pueda haber existido, continúe garantizando los intereses de la barbarie imperialista por sobre las necesidades y derechos del pueblo.
Es por eso que denunciaremos una y otra vez a esta estructura mafiosa que hoy nos oprime y saldremos a las calles una y mil veces a reclamar por nuestros derechos y por la necesidad de conformar asambleas populares, que garanticen la participación del pueblo en la creación y construcción de una legítima democracia proletaria y popular, y que termine por desterrar definitivamente el clientelismo punteril y el patoterismo estatal y sindical, hoy presente en todas y cada una de las estructuras gubernamentales y patronales.
Por un pueblo unido, organizado y con una democracia proletaria!
Colectivo Avanzar por la Unidad del Pueblo
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