“Un
trabajador de vanguardia, un miembro del Partido dirigente de la Revolución,
siente todos los trabajos que se llaman sacrificio con un interés nuevo, como
una parte de su deber, pero no de su deber impuesto, sino de su deber interno y
lo hace con interés.
Y las cosas
más banales y más aburridas se transforman, por imperio del interés del
esfuerzo interior del individuo, de la profundización de su conciencia, en
cosas importantes y sustanciales, en algo que no puede dejar de hacer sin
sentirse mal: en lo que se llama sacrificio. Y se convierte entonces, no hacer
el sacrificio en el verdadero sacrificio para un revolucionario. Es decir, que
las categorías y los conceptos ya van variando. El revolucionario cabal, el
miembro del Partido dirigente de la Revolución, deberá trabajar todas las
horas, todos los minutos de su vida, en estos años de lucha tan dura como nos
esperan, con un interés siempre renovado y siempre creciente y siempre fresco.
Ésa es una cualidad fundamental.
Eso
significa sentir la Revolución. Eso significa que el hombre es un
revolucionario por dentro, que siente como revolucionario. Y entonces el
concepto de sacrificio adquiere nuevas modalidades.
"SI
FUERAMOS CAPACES DE UNIRNOS, QUE BELLO Y QUE CERCANO SERIA EL FUTURO"
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