LA FUERZA DE ELLOS ES LA DIVISION NUESTRA.
¡ FUERA LAS TROPAS DE HAITI!
10 razones por las que la ocupación de Haití por la ONU debe acabarse
Greg Grandin y Keane Bhatt
Revista Amauta
Un video explosivo, difundido a principios de septiembre, evidencia el presunto asalto sexual de un joven haitiano de 18 años en manos de cinco tropas uruguayas que pertenecen a un contingente de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití ubicado en la ciudad sureña de Port-Salut, Haití. Mientras el episodio se transmite a nivel internacional, la Misión de Estabilización de la ONU —conocida por sus siglas en francés MINUSTAH— ha sido el blanco de manifestaciones públicas en Port-Salut, en la capital haitiana de Port-au-Prince, y frente al Ministerio de Defensa uruguayo en Montevideo. Los soldados que aparecieron en el video fueron repatriados y actualmente se encuentran encarcelados esperando acciones legales. Anteriormente, mientras los informes de mala conducta se divulgaban pero no se confirmaban, el ministro de Defensa uruguayo Eleuterio Fernández Huidobro planteó que “nunca va a faltar en tan alta cifra de gente alguien que se porte mal”. Tras la publicación del dicho video, el jefe de la MINUSTAH Mariano Fernández afirmó que “los actos de unos pocos no deberían empañar [la imagen] de miles de militares, policía, y el personal civil que han estado sirviendo en MINUSTAH y en Haití impecablemente desde 2004.” El mandatario uruguayo José Mujica le pidió disculpas al presidente haitiano Michel Martelly por la “conducta criminal y bochornosa de unos pocos” efectivos.
Aquí hay diez razones por las que un calendario para una retirada rápida de todos los soldados de la ONU es necesario:
3. Hace menos de cuatro años, más de 100 tropas de la MINUSTAH de Sri Lanka –más de un 10 por ciento de la brigada entera– fueron repatriadas a su país de origen debido a acusaciones de mala conducta y abuso sexual, a menudo con niñas de menor edad. La rama investigativa de la ONU concluyó que “a cambio de sexo, las niñas recibieron pequeñas cantidades de dinero, comida, y a veces móviles.” Actos de explotación y abusos sexuales eran “frecuentes” y se produjeron “prácticamente en todos los lugares donde los miembros de los contingentes estaban desplegados.” No hay evidencia que ningún soldado esrilanqués fuera procesado. Nuevos informes corroboran las alegaciones que efectivos uruguayos han embarazado a mujeres locales en Por-Salut, incluso a una joven de 17 años.
4. La MINUSTAH está implicada en un “suicidio” sospechoso del año pasado de un adolescente haitiano llamado Gerald Jean-Gilles, quien fue encontrado ahorcado en el interior de una base de la ONU en Cap Haïtien. Como informa el periódico Haïti Liberté, el ex jefe de la MINUSTAH Edmond Mulet obstaculizó una investigación iniciada por las autoridades haitianas. Él otorgó la inmunidad a una testigo haitiana, previniendo que se cumpliera con la entrega de una citación a ella por la judicatura haitiana.
Las negaciones de la MINUSTAH enfurecieron todavía más a los haitianos, cuyas dramáticas manifestaciones contra la ONU resultaron en las muertes de manifestantes por disparos de las tropas de la ONU. A pesar de este episodio, el contingente uruguayo en Port-Salut es acusado de botar su basura y aguas residuales impropiamente.
El renombrado epidemiólogo Piarroux Renaud, quien investigó la propagación del cólera de Haití, concluyó que porque no hay duda razonable que la ONU llevó la bacteria a Haití, ella “debe aceptar la responsabilidad y hacer las paces con Haití…por ejemplo, a través de una oferta de compensación monetaria o un fuerte apoyo para que el país se libere del cólera de nuevo.”
9. La MINUSTAH tiene un historial de fracaso espectacular en el cumplimiento de su dicha intención de proveer la estabilidad. La distinguida revista médica The Lancet destacó que en 2004, 8.000 personas –muchas siendo partidarias del depuesto presidente Aristide– fueron asesinadas o desaparecidas solamente en Port-au-Prince durante el periodo cuando la MINUSTAH era únicamente responsable del mantenimiento de la seguridad. En 2005 un informe de la Facultad de Derecho de Harvard dedujo que la MINUSTAH “efectivamente le amparó a la policía en la ejecución de una campaña de terror en los barrios pobres en Port-au-Prince.” Las prioridades de EE.UU., y por eso las prioridades de la MINUSTAH, estaban claras tras el golpe de Estado de 2004, según un cable filtrado de marzo de 2005. James Foley, el diplomático de más alto rango de EE.UU. en Haití en aquel momento, presionó para que la MINUSTAH “tomara medidas decisivas contra las pandillas pro-Aristide, particularmente en Port-au-Prince, por todas las razones obvias, y también para evitar acusaciones de parcialidad.” Teniendo en cuenta que Aristide contaba con amplio apoyo, especialmente entre los pobres (él fue elegido con más del 90 por ciento de los votos en 2000), la recomendación de Foley tenía consecuencias de gran alcance.
A pesar de esta carnicería, un cable del Departamento de Estado de junio de 2006 muestra que la elite haitiana presionó a EE.UU y la ONU a continuar las redadas militares en los barrios pobres. Timothy Carney, el entonces jefe de la diplomacia de EE.UU en Haiti, reconoció que “una operación de este tipo generaría de manera inevitable víctimas civiles no deseadas dada las condiciones de hacinamiento y la débil construcción de las viviendas apretadas de Cité Soleil.” Pero en vez de abogar por poner fin a estas maniobras sangrantes, Carney propuso reclutar “asociaciones del sector privado” “para ayudar rápidamente en las secuelas de la operación, por ejemplo con apoyo financiero a las familias de las víctimas potenciales.”
La ONU prosiguió la política despiadada de incursiones: medio año más tarde, una redada en diciembre de 2006 dejó al menos nueve muertos. Una residente del barrio, Rose Martel, dijo, “vinieron aquí a aterrorizar a la población, no creo que hayan matado a los bandidos, a menos que nos consideren a todos como bandidos.”
Ningún miembro de la ONU ha sido juzgado de lo penal por estas acciones.
PAISES COMO BRASIL, NEPAL, JORDANIA, URUGUAY, SRI LANKA, ARGENTINA Y CHILE, ESTAN INVOLUCRADOS EN UNA OCUPACION MILITAR PROFUNDAMENTE RESENTIDA. Ningún ajuste pequeño o reducción simbólica enfrentaría la gravedad de las críticas contra la MINUSTAH. Las tropas no debían estar en el país de entrada, y sólo han añadido a los desastres que el pueblo haitiano tiene que soportar.
La ONU tiene que terminar su ocupación de Haití.
Greg Grandin es catedrático de historia en New York University. Keane Bhatt es músico y activista en New York.
Traducido para Revista Amauta por Keane Bhatt
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